Brightline West pretende colocar 218 millas de nuevas vías entre una terminal que se construirá justo al sur del Strip de Las Vegas y otra nueva instalación en Rancho Cucamonga. Ese viaje suele durar más de tres horas en coche.
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La compañía dice que su tren totalmente eléctrico tardará poco más de dos horas en cada dirección.
Casi todo el recorrido se construirá en la mediana de la Interestatal 15, con una parada en el área de Victorville.
Las previsiones son de 11 millones de pasajeros de ida al año, o unos 30,000 por día, con tarifas muy por debajo de los costos de viaje de las aerolíneas. Los trenes ofrecerán baños, Wi-Fi, venta de alimentos y bebidas y la opción de registrar equipaje.
En un comunicado, el fundador y presidente de Brightline Holdings, Wes Edens, calificó el momento como "la base para una nueva industria".
Brightline tiene como objetivo unir otras ciudades de Estados Unidos que están demasiado cerca como para que tenga sentido volar entre ellas y demasiado lejos como para que la gente conduzca esas distancias, dijo Edens.
Está previsto que el proyecto termine cuando Los Ángeles sea sede de los Juegos Olímpicos en 2028.
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El secretario de Transporte de Estados Unidos, Pete Buttigieg, se unirá el lunes a los líderes de Brightline al inicio de la construcción en Las Vegas. Brightline recibió $6.5 billones de dólares de respaldo de la administración Biden, incluyendo una subvención de $3 billones de dólares de fondos federales de infraestructura y la aprobación para vender otros $2.5 billones de dólares en bonos exentos de impuestos.
La compañía obtuvo autorización federal en 2020 para vender un billón de dólares en bonos similares.
Se espera que la construcción genere empleo para muchas personas en el sur de California.
"Estamos hablando de miles de empleos como resultado de esto y cientos de millones de dólares en inversiones, y ese impacto se sentirá en los años venideros", dijo el administrador de la ciudad de Rancho Cucamonga, John Gillison. "Este proyecto tendrá un gran impacto en California, y especialmente en el sur de California".
Otros trenes rápidos
El proyecto se promociona como la primera verdadera línea ferroviaria de pasajeros de alta velocidad en el país, diseñada para alcanzar velocidades de 186 mph, comparable a los trenes bala Shinkansen de Japón.
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Brightline Holdings, con sede en Florida, ya opera la línea de Miami a Orlando con trenes que alcanzan velocidades de hasta 125 mph. Lanzó el servicio en 2018 y amplió el servicio al Aeropuerto Internacional de Orlando el septiembre pasado. Ofrece 16 viajes de ida y vuelta por día, con boletos de ida para la distancia de 235 millas que cuestan alrededor de $80 dólares.
Otros trenes rápidos en Estados Unidos incluyen el Acela de Amtrak, que puede alcanzar las 150 mph y comparte vías con el servicio de carga y de cercanías entre Boston y Washington, D.C.
En los últimos años se han planteado ideas para conectar otras ciudades estadounidenses con trenes de pasajeros de alta velocidad, incluyendo Dallas con Houston; Atlanta a Charlotte, Carolina del Norte, y de Chicago a San Luis. La mayoría ha enfrentado retrasos.
En California, los votantes aprobaron en 2008 una propuesta de línea ferroviaria de 500 millas que uniría Los Ángeles y San Francisco, pero el plan se ha visto afectado por costos crecientes y disputas sobre rutas. Un plan de negocios para 2022 de la Autoridad de Ferrocarriles de Alta Velocidad de California (High-Speed Rail Authority) proyectó que el costo se había más que triplicado a $105 billones de dólares.
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The Associated Press contribuyó a este informe.