El propietario, Erik Vázquez, lleva años trabajando en restaurantes y siempre ha querido abrir el suyo propio.
"Los primeros años son difíciles, pero con el tiempo hemos conseguido clientela", afirma.
Sin embargo, llevar un negocio ha sido de todo menos fácil.
"Ha sido difícil por todo lo que nos ha pasado ... el vandalismo, los robos", dijo Vázquez.
El mes pasado, una cámara de vigilancia captó a un sospechoso enmascarado golpeando con una palanca la puerta principal del restaurante para intentar entrar.
"Creo que son ladrones profesionales", dijo Vázquez a ABC7. " Tienen herramientas especializadas y entran muy rápido".
No es la primera vez, ni siquiera la segunda, que los sospechosos intentan entrar en La Esquinita. Ha ocurrido seis veces.
"No consiguieron entrar, pero causaron daños. En los otros allanamientos pudieron entrar dos veces. Pero no han robado nunca nada", explica Vázquez.
Mientras el Departamento de Policía de Long Beach intenta localizar a los sospechosos, Vázquez dijo que los robos han sido desalentadores.
"Tengo que reemplazar las cerraduras, las puertas, dañaron el vidrio, que es un gran gasto", dijo.
El restaurante tiene un cartel en el que se avisa a la gente de que dentro no hay dinero en efectivo.
"Espero que se den cuenta de que aquí no hay nada que buscar", dijo Vázquez, que añade que no va a dejar que el miedo le impida seguir con el negocio.
"Es mi sueño hecho realidad y por lo que ha pasado, no voy a renunciar a mi sueño", dijo.
A pesar de estos robos, Vázquez planea seguir dando la bienvenida a La Esquinita a antiguos y nuevos clientes. Espera que la policía de Long Beach añada patrullas adicionales a la zona para evitar futuros robos.
Se pide a quien tenga información que se ponga en contacto con la policía.