"Es como un mal sueño. Todavía estamos angustiados", dice José. "Hemos perdido clientes. Es triste porque ellos también perdieron sus casas", dijo María.
María, José, sus tres hijos y su hermano vivían en su casa de Alta Loma Drive, en Altadena. Todo lo que había en su casa, y todo lo relacionado con su trabajo, quedó reducido a escombros por el Incendio Eaton.
"Todas mis herramientas, todos nuestros suministros. Hago mantenimiento, todo ha desaparecido. Es muy duro", dijo José.
La pareja no está sola. Muchos residentes que trabajan por cuenta propia han perdido tanto sus casas como su medio de vida.
El Centro Comunitario de Empleo de Pasadena se ha convertido en un centro de emergencia para los jornaleros afectados por los incendios.
Están ayudando a "personas que lo han perdido todo en los incendios. Personas cuya casa está a salvo, pero que han perdido su trabajo porque sus empleadores han perdido sus casas", explica Nadia Marin-Molina, de la Red Nacional de Organizaciones de Jornaleros.
Los Amezcua dicen que están luchando para procesar la pérdida y encontrar la ayuda que necesitan con la vivienda y otros elementos esenciales, al tiempo que tratan de salvar su negocio.
"Estoy trabajando y mi mente está pensando en otra cosa y no en el duelo", dijo María.
Mientras tanto, se creó un GoFundMe para ayudar a la familia Amezcua.