Aunque el equipo ganó por última vez una Serie Mundial en la temporada acortada de 2020, la pandemia anuló cualquier idea de un desfile ese año.
Pero el 24 de octubre de 1988, la ciudad estaba de fiesta.
El aire era fresco y la energía eléctrica mientras los aficionados de los Dodgers se agolpaban en las calles del centro de Los Ángeles.
Los Boys in Blue acababan de dar la campanada, necesitando sólo cinco partidos para derrotar a los Oakland A's, que eran los grandes favoritos.
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"Nos convertimos en campeones del mundo porque lo deseábamos más que nadie", dijo el entrenador Tommy Lasorda a la multitud en el desfile de aquel año.
El MVP Orel Hershiser y el campocorto Alfredo Griffin estaban en el centro de la carroza de la victoria, mostrando el trofeo del comisionado antes de hablar a la multitud.
"Estoy aquí en representación de todo mi club de béisbol", dijo el pitcher ganador del Cy Young. "Y para ustedes gringos que no entendieron lo que dijo Alfredo Griffin, dijo que el béisbol ha sido muy, muy bueno con los Dodgers".
El desfile cayó en lunes, lo que significó que algunos aficionados tuvieron que ser creativos.
Pero para una ciudad ansiosa por animar a sus campeones, no había un mal asiento en la casa.
Y ahora, 36 años y dos títulos después, la nación de los Dodgers está lista para otro desfile como se merece.