Le gusta hacer pulseras de cuentas y aprender inglés, pero últimamente ha tenido que centrarse en sobrevivir.
La casa en la que ella y su familia se refugiaron el 21 de diciembre de 2023 se derrumbó durante un ataque aéreo militar de Israel en Gaza. La pierna de Jana tuvo que ser amputada.
"Lo único que recuerdo es el techo cayendo sobre nosotros", dijo. "Grité y me dolía mucho la pierna. Recuerdo que fui a tocarme la pierna y me manché las manos de sangre y carne, y recuerdo que pensé, 'He perdido la pierna''.
Una voluntaria del Palestine Children's Relief Fund le ayudó a ABC7 a interpretar la entrevista entre árabe e inglés.
La madre de Jana, que se hace llamar Um Uthaman, describió un camino caótico y peligroso hasta el hospital: los ataques aéreos eran continuos, no había ambulancias disponibles y lo que suele ser un trayecto de 10 minutos era de más de una hora debido a los escombros que obstruían las carreteras.
Jana es una de los muchos niños y personas que han tenido que someterse a graves intervenciones médicas sin anestesia, ya que los continuos ataques han diezmado el sistema de salud de Gaza.
"Cada día que le cambiaban el vendaje, gritaba incontrolablemente. Era tan doloroso para ella. Era un dolor que los hombres ni siquiera podían soportar", dijo la madre de Jana.
Jana también estuvo 15 días atrapada en el hospital Al Shifa, donde más tarde se descubrieron fosas comunes.
"El ejército israelí entró al hospital durante Ramadán. Obligaron a todos los hombres a salir, así que mi padre y mi hermano ya no estaban conmigo", dijo Jana. "Luego se llevaron a mi madre y a mi hermana, y me quedé sola. Me moría de hambre y de sed. No tuve comida ni agua en los 15 días".
"Me contó que en un momento dado le salían gusanos de la pierna. Eso es lo que lleva a estas amputaciones", dijo Tareq Hailat, que dirige el Programa de Tratamiento en el Extranjero de Palestine Children's Relief Fund.
"La gente tiene que conocer la lucha del pueblo palestino. Que miles de niños están en peligro y mueren cada día", dijo Jana. "Ya sea por el hambre o por los ataques aéreos, la gente muere todos los días".
Uno de los hermanos de Jana murió en un ataque aéreo cuando iba por agua. Otro hermano y su padre, que padece cáncer de riñón, permanecen en el norte de Gaza.
"No podemos proporcionar ayuda infraestructural al sistema de salud, pero además, con la frontera de Rafah cerrada, es casi imposible sacar a los niños para que reciban atención médica", dijo Hailat.
Jana es una de las pocas que pudo ser evacuada a Egipto. Entre otros recursos, el PCRF le consiguió el viaje y atención médica gratuita en el sur de California.
El pasado fin de semana, una gran multitud la recibió en el aeropuerto de Los Ángeles con flores, carteles de colores y calurosos vítores, al grito de "¡Jana! ¡Jana! ¡Jana!"
"Nos levantó el ánimo. Jana olvidó todo el dolor del viaje y de llegar hasta aquí", dijo su madre.
"Cuando me lesioné, estuve deprimida durante tres o cuatro meses", cuenta Jana. "En cuanto supe que íbamos a venir aquí y que había una posibilidad de que me pusieran una prótesis, mi ánimo mejoró muchísimo".
Jana dice que ha empezado a levantarse y a hacer cosas normales, y ahora cree que puede conseguir cosas realmente grandes en el futuro.
Quiere estudiar negocios.
"Lo que me mantiene fuerte es mi fe en Dios y su voluntad", afirmó Um Uthman. "La voluntad que Dios ha escrito para nosotros ocurrirá. Nos da la paciencia y la fuerza para seguir adelante".