Al finalizar 2024, echamos la vista atrás para recordar lo lejos que hemos llegado. Hace cinco años, la Organización Mundial de la Salud tuvo conocimiento por primera vez de un brote de neumonía vírica en China. En los años transcurridos desde entonces, COVID-19 cambió nuestras vidas para siempre.
El 31 de diciembre de 2019, la Organización Mundial de la Salud recibió los primeros informes de una enfermedad zoonótica viral. Los investigadores rastrearon el epicentro hasta un mercado de marisco en Wuhan, China.
"Teníamos un virus. Sabíamos cuál era el virus, pero realmente no teníamos tratamientos efectivos", dijo el Dr. David Bronstein, especialista en enfermedades infecciosas de Kaiser Permanente Antelope Valley. En pocas semanas, el nuevo coronavirus conocido como COVID-19 se propagó a varios países. El primer caso estadounidense se confirmó en Washington el 20 de enero de 2020. En un año, el condado de Los Ángeles se convirtió en el primero del país en registrar un millón de casos confirmados.
"Hemos perdido 7 millones de personas en el mundo, 1.2 millones en Estados Unidos. Ha sido absolutamente trágico", afirmó Bronstein. Entre ellos se encontraba Tony Damian, de 42 años, hermano del alcalde pro tempore de Baldwin Park, Daniel Damian.
"Acabó en el hospital durante dos semanas con una neumonía COVID y eso fue, por desgracia, lo que acabó con su vida", dijo Damian. "No pasa un día sin que piense en mi hermano".
En diciembre de 2020, hubo por fin novedades. La Administración de Alimentos y Medicamentos emitió autorizaciones de uso de emergencia para las vacunas de Pfizer y Moderna. En su primer año, los científicos estiman que las vacunas salvaron entre 15 y 20 millones de vidas en todo el mundo.
"En este momento parece que el virus se ha convertido realmente en endémico. Pero creo que sigue siendo importante darse cuenta de que el virus sigue ahí fuera", dijo Bronstein.
En mayo de 2023 finaliza la Emergencia de Salud Pública mundial. Los casos y muertes por COVID han disminuido drásticamente desde la pandemia, pero Bronstein afirma que no podemos olvidar las lecciones aprendidas.
"El año pasado, por ejemplo, más de 70.000 personas en EE.UU. fallecieron a causa del COVID y, sin embargo, el número de personas que nos vacunamos ha disminuido bastante", afirmó.