QUITO -- La salida a la crisis energética de Ecuador no parece tener ni una solución definitiva ni simple ni a corto plazo y será un problema que heredará el próximo presidente que salga de las urnas en 2025.
Los ecuatorianos han tenido cortes de electricidad de hasta 14 horas diarias por los últimos cuatro meses debido a que las centrales hidroeléctricas del país no abastecen para cubrir la demanda nacional. Las autoridades lo atribuyen a una larga sequía que ya generó un déficit similar el año pasado en fechas similares.
Pese a que el gobierno anunció el viernes la vuelta a la normalidad desde enero, sin cortes de luz ni racionamiento, los expertos coinciden en que para dejar atrás la situación se requiere construir nueva infraestructura energética, abrir el sector a la empresa privada y recurrir a fuentes alternativas, para lo cual hacen falta reformas económicas y legales de fondo.
Esa ecuación, que ha acechado a los dos últimos presidentes sin que estos hayan conseguido garantizar la cobertura energética de forma estable, caerá en las manos del futuro mandatario. Ecuador va a las urnas en febrero -una eventual segunda vuelta sería en abril- y tendrá nuevo gobierno desde mayo.
Daniel Noboa concurrirá a la reelección tras poco más de un año de gestión y cierra 2024 con la promesa de terminar con los cortes de luz a partir del próximo año. Pero ni él, ni su predecesor Guillermo Lasso, dejaron como legado una solución definitiva al déficit eléctrico que llegó hasta 1.800 megavatios.
La demanda nacional energética diaria es de 4.500 megavatios y depende principalmente de la generación hidroeléctrica.
En frente, aducen las autoridades, hay una prolongada sequía que ha obligado a la paralización de buena parte de las centrales hidroeléctricas, incluido el complejo Paute, que aporta al país el 38% del consumo nacional.
"Una solución real para este problema debe venir de una planificación a corto, mediano y largo plazo", dijo la docente e investigadora de la Universidad Técnica Particular de Loja, Veronica Íñiguez, en declaraciones a The Associated Press. Es "necesario, es urgente" repotenciar el parque térmico que, sin ser ideal, "es el único plan de contingencia" que tiene el país.
También estimó como prioritaria "la revisión de la infraestructura hidroeléctrica", dado que no se han respetado los cronogramas de mantenimiento y ha seguido en operación aún con niveles críticos de agua.
Para Santiago Ribadeneira, ex gerente de la empresa de generación eléctrica Hidroagoyán, la solución definitiva pasa por concretar proyectos que no se realizaron desde finales de 2016, como generar "1.500 megavatios de generación térmica, no con motores sino con vapor, y 2.000 de generación hidroeléctrica". Además construir proyectos hidroeléctricos "en promedio de 400 megavatios por año" para cubrir la nueva demanda.
Cada nueva iniciativa tardaría alrededor de cinco años en terminarse.
"Mal hacemos en culpar a las lluvias como únicas responsables de la crisis energética", sentenció Íñiguez, considerando que se sabe que "no vamos a tener lluvias en esta época", y que el problema de sequía "volverá el próximo año y los años siguientes".
La información meteorológica de los últimos 10 años del satélite Era 5, del Servicio europeo de Cambio Climático de Copernicus, evidencia que después del año 2019 las precipitaciones en el sur de Ecuador, donde está la central de Paute, se han desplomado por debajo de la media de lluvias en los meses de septiembre y octubre. En 2023 y este año, los racionamientos en el servicio de la luz comenzaron esos mismos meses.
En septiembre, las precipitaciones cayeron desde cerca de 23 milímetros en 2019 a cuatro milímetros el año pasado. Este año se produjo un repunte hasta 11 milímetros, pero siempre por debajo de la media.
Y, aunque en este noviembre las lluvias han estado algo por encima del promedio, los cortes eléctricos se prorrogaron.
Esta información satelital tiene un margen de error de hasta el 5% que es considerado marginal por los expertos. AP requirió cifras oficiales al Instituto de Hidrología y Meteorología, pero no obtuvo ninguna respuesta. El gobierno ha justificado el racionamiento energético, sin dar cifras, en que la sequía es la peor de los últimos 60 años.
Este problema ha sido un elemento gravitante en la corta administración del presidente Daniel Noboa, que debe cumplir un mandato de 18 meses hasta mayo próximo, para completar el período del exmandatario Guillermo Lasso, que disolvió la Asamblea y acortó su propia gestión.
Noboa enfrentará a otros 15 candidatos en las elecciones de febrero próximo. Encuestas preliminares señalan que el presidente está en virtual empate técnico con la opositora Luisa González, del partido Revolución Ciudadana, del ex gobernante Rafael Correa (2007-2017).
Los candidatos incluyen en sus planes de gobierno ideas generales y coincidentes como generar electricidad con plantas fotovoltaicas, solares, geotérmicas, además repotenciar la infraestructura instalada.
"Hace cuatro meses las campañas políticas giraban alrededor de seguridad y de la situación económica y no más", dijo el analista político y profesor de la universidad de las Américas, Alejandro Zabala, quien añadió que cuando empezaron los apagones en septiembre "todos los candidatos se han vuelto expertos energéticos".
Tras un cuatrimestre de apagones, hay pérdidas por 7.500 millones de dólares, de acuerdo con cálculos iniciales que, por separado, han realizado las Cámaras de Comercio y de Producción.
Miguel Ángel González, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, sugirió que la solución de fondo está en que "acabemos con el monopolio estatal y que exista en este sector un mercado que permita la sana competencia tanto en generación, como en transmisión y en distribución".
No solo se requiere infraestructura de generación, sino profundas reformas legales. El presidente del Observatorio de la Política Fiscal, Jaime Carrera, en diálogo con AP señaló que para atraer inversión se necesita "generar confianza en los inversionistas y un marco legal que incentive la inversión privada".
También garantizar "el pago del rendimiento y la tarifa" a los inversionistas, porque eso no consta en la ley. Pero para que lleguen esos cambios, además de reformas fiscales y económicas, "se requiere tiempo", indicó, por lo cual "las soluciones energéticas podrían llegar a mediano plazo".
La generación de energía eléctrica en Ecuador se mantiene como un monopolio estatal, y con leyes que hasta hace unas semanas prohibían a las empresas privadas producir más de 10 megavatios. En medio de los racionamientos, el gobierno cambió la normativa y autorizó la generación privada hasta los 100 megavatios.
El ex presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos, Fernando Salinas, manifestó a la AP que la anunciada vuelta a la normalidad en enero de Noboa no tiene sustento técnico y es "una declaración de buenas intenciones". Pero recalcó que no hay cifras técnicas que permitan pensar que los racionamientos energéticos se han terminado definitivamente.