Obesidad infantil: Nuevo enfoque ofrece estrategia proactiva para afrontar el creciente problema
Más de 14 millones de niños y adolescentes en Estados Unidos viven con obesidad. Es una enfermedad crónica que conlleva riesgos para la salud durante toda la vida.
Ahora la Academia Estadounidense de Pediatría está publicando nuevas directrices en la batalla contra la obesidad infantil.
Es una enfermedad como cualquier otra.
"Cuando eres obeso, la gente te mira fijamente, te juzga", dijo Harley Boaz, quien sufrio de la obesidad pediátrica.
En un momento en que Boaz debería estar pasando el mejor momento de su vida, su vida estaba literalmente en riesgo. A los 16 años pesaba 285 libras.
"Me diagnosticaron hipertensión. Era pre diabética. Tenía el colesterol alto", dijo.
Un nuevo estudio del CDC advierte que la diabetes tipo 2 aumentará un 700 % en personas menores de 20 años en los próximos 40 años.
"Aproximadamente el 20% de la población pediátrica ahora tiene obesidad", afirmó la Dra. Jennifer Sprague, endocrinóloga pediátrica de la Universidad de Washington en St. Louis.
Las nuevas directrices de la AAP tienen como objetivo revolucionar la forma en que abordamos la obesidad infantil.
"Dice que debemos ofrecer todos nuestros tratamientos tan pronto como un paciente sea elegible para recibirlos", dijo Sprague.
Dijo que por primera vez los médicos tienen un mapa sobre cómo tratar a estos niños.
"Esto demuestra que la estrategia de 'observar y esperar' no es eficaz", afirmó.
Las directrices de la AAP incluyen recomendaciones basadas en evidencia, como entrevistas motivacionales para tratamientos conductuales y productos farmacéuticos como Wegovy, recientemente aprobado por la FDA. El medicamento es la primera inyección semanal para bajar de peso aprobada para niños de 12 años en adelante.
"Pueden marcar una gran diferencia en la vida de los pacientes", afirmó Sprague.
Los estudios muestran que el 95% de los adolescentes con diabetes tipo 2 que se sometieron a cirugía bariátrica ya no la tuvieron tres años después de la cirugía, y el 74% normalizó su presión arterial alta.
"Creo que siempre hay esperanza de que si se trata esta enfermedad, se reducirán las consecuencias a largo plazo", dijo.
Las nuevas directrices también instan a los pediatras a tener en cuenta la genética, la fisiología, los factores socioeconómicos y el medio ambiente: enfatizar que la obesidad no tiene que ver sólo con el peso, sino que es un tema complejo que requiere un plan de tratamiento integral y personalizado.
