Más de 58 millones de personas en Estados Unidos padecen artritis, y es la principal causa de discapacidad laboral. Pero ¿qué tal si existiera una forma de evitar el desgaste de huesos y articulaciones?
Muchos médicos dicen que el remedio para fortalecer sus huesos y articulaciones puede estar en su cocina.
La artritis ya no es una enfermedad de ancianos.
Los especialistas ortopédicos afirman que cada vez se observa artritis a una edad más temprana, no sólo en las rodillas, sino también en los hombros y en casi todas las articulaciones.
Subir escalones, levantar peso e incluso caminar: vivir con dolor de huesos y articulaciones puede dificultar las tareas cotidianas.
Los estudios demuestran que ciertos alimentos como el aceite de oliva extra virgen - un alimento típico de la dieta mediterránea - pueden ayudar a regenerar las articulaciones.
"La dieta mediterránea es una dieta estupenda, con muchas frutas y verduras frescas y cereales integrales", afirma la Dra. Elizabeth Eckstrom, geriatra de la Universidad de Ciencias de la Salud de Oregón.
Un estudio realizado en España descubrió que los hombres que seguían la dieta mediterránea, que incluía aceite de oliva virgen, tenían más formación de hueso que los que sólo seguían una dieta baja en grasas. Además, comer de cinco a seis ciruelas pasas al día puede prevenir la pérdida de hueso en mujeres posmenopáusicas, reduciendo su riesgo de osteoporosis.
En cuanto a la salud de las articulaciones, un pimiento morrón contiene más vitamina C que la necesaria para un día, por lo que es excelente para las articulaciones, ya que la vitamina C es un antioxidante que combate la inflamación.
Y la leche no sólo es buena para los huesos, sino también para las articulaciones.
Y nunca es tarde para empezar.
"Algunas personas me dicen: 'Tengo 75, 80 años, no he hecho estas cosas en toda mi vida, ¿de qué me va a servir empezar ahora?' Y yo les digo: ésas son las personas que más tienen que ganar", afirma Eckstrom.
Entre las cosas que hay que evitar para tener huesos y articulaciones fuertes están la sal, las sodas y la cafeína. No es necesario eliminarlos por completo de la dieta, pero limitar su consumo reducirá el riesgo para huesos y articulaciones.